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viernes, 22 de agosto de 2014

Lanzarote, Isla de los Volcanes


Lanzarote, con un paisaje volcánico único, propio de otro planeta, conformado hoy por lava solidificada, ceniza y una escasa y heterogénea flora, es una de las Islas Canarias y fue la primera de todas en ser colonizada, en ella se asentaron navegantes europeos que intentaban penetrar en el archipiélago.
Declarada en 1993 Reserva de la Biosfera por la UNESCO, cuenta con 13 Espacios Naturales Protegidos que ocupan el 41% de la isla. Lanzarote vive hoy del turismo, atraído por su fascinante y espectacular paisaje volcánico. Arrecife es la capital de la isla.
Empezamos el recorrido de la isla por el centro hacia el sur, dirigiéndonos a Timanfaya, el lugar más emblemático de Lanzarote.



El Parque Natural de La Geria es una extensa superficie en la zona central de la isla, ocupada por lavas recientes de la erupción de 1730-36, entre las que sobresalen algunos conos volcánicos. Podemos observarla desde la carretera en el trayecto hacia Timanafaya. La labor de los campesinos ha logrado que los viñedos de uva malvasía crezcan en un ambiente subdesértico sin más aporte de agua que el que su sustrato de ceniza volcánica obtiene de la humedad nocturna. Son características las sucesivas tapias de piedra volcánica con las que los campesinos protegen sus cepas del viento. Además, también ha sido declarada Zona de Especial Protección para las Aves e incluye el monumento natural de la Cueva de los Naturalistas, un tubo volcánico natural de grandes dimensiones.



Antes de entrar al Parque Nacional de Timanfaya desde el precioso pueblo de Yaiza, te encuentras con este particular diablo que fue diseñado por el artista César Manrique.


La historia de Lanzarote va ligada a sus volcanes, hace casi 300 años, cuando la tierra se abrió en Timanfaya, hoy Parque Nacional, las llamas y los torrentes de lava brotaron durante más de diez días. Como el mismísimo infierno, una montaña, entre las nueve y las diez de la noche, emergió desde el mismo seno del firme y su aparición sólo fue el preludio de otras más.


Aquella catástrofe que duró seis años, entre los años 1730-36 y posteriormente en 1824, cambió de tal modo la morfología de la isla que desde entonces es asociada a sus colosales chimeneas naturales.



Aquella intensa actividad volcánica permanece hoy en forma de ocasionales fumarolas y géiseres, existiendo puntos de calor en la superficie que alcanzan los 100ºC y 600ºC a 13 metros de profundidad. En el Parque Nacional de Timanfaya se contabilizan un total de 25 volcanes, como la Montaña del Fuego.
Hoy, tras tanta violenta destrucción y desolación, se respira paz junto a los volcanes de Timanfaya.
Para acceder a Las Montañas del Fuego hay que comprar entrada, también puedes darte un paseo a lomos de un dromedario en el sendero habilitado dentro del Parque Nacional.



El Golfo es otra de las maravillas geológicas de la isla, una laguna de color verde esmeralda, llamada el Charco de los Clicos, situada en el fondo de un espectacular cráter en la costa oeste de la isla. La costa está formada por los restos de un cono volcánico, la mitad del cual se desplomó y desapareció bajo el mar. Hay un fascinante contraste entre la laguna que toma un extraño y brillante color verde, debido a la presencia en sus aguas de organismos microscópicos y la asombrosa roca superior.


La laguna está separada del mar por una playa de arena negra sazonada de minúsculos granos de olivina, una brillante piedra semipreciosa de color verde. El resultado geológico y paisajístico de El Golfo es de una belleza tan espectacular como desconcertante. Desde el Mirador del Charco de los Clicos podremos obtener magníficas vistas. El Charco de los Clicos se sitúa justo a la entrada del pequeño pueblo de El Golfo que es un lugar ideal para degustar algunos de los platos más típicos de la isla en los diversos restaurantes que dan al mar.



Para ir a Los Hervideros nos adentramos por una sinuosa carretera junto a la costa más salvaje de Lanzarote, un tramo de mar que se vió invadido por la lava de las erupciones volcánicas del siglo XVIII. A lo largo de la carretera encontramos diversos apeaderos donde disfrutar de espectaculares vistas. Sí el mar está embravecido es recomendable adentrarse entre los pasadizos de Los Hervideros, denominado así porque en ocasiones sientes que el mar hierve al contacto con las piedras de fuego que llegaban al océano tras ser expulsadas por los volcanes.



Las Salinas de Janubio, considerada como la mayor de Canarias en producción artesana de sal. Podrás contemplar los pequeños montículos blancos brillando en medio de este singular campo marino. Las salinas han estado ligadas a la pesca y a las industrias de la salazón y conservas de pescado que en Lanzarote tuvieron su auge a comienzos del siglo pasado. La flor de sal que se elabora en Janubio es considerada como un auténtico producto gourmet.



El casco turístico de Playa Blanca ocupa ocho kilómetros del límite sur de Lanzarote. Aquí se encuentran los hoteles más modernos de la isla. Aprovecha su estratégica situación geográfica y panorámica con la disposición de sus sitios de mayor dinamismo (puerto deportivo Marina Rubicón, la avenida marítima) abierta a La Bocaina, el estrecho de mar que separa a la isla de los volcanes con la vecina isla de Fuerteventura y la isla de Lobos. En Playa Blanca encontrarás gastronomía, tiendas, terracitas pegadas al mar, marcha nocturna y las excelentes playas de Papagayo donde practicar nudismo. Desde Playa Blanca se puede hacer un trayecto en ferry, de unos 30 minutos, a la isla de Fuerteventura.



El Macizo de Los Ajaches está ubicado al sur de la isla, este macizo volcánico antiguo es una zona de gran interés geológico y paisajístico y alberga yacimientos paleontológicos. Este espacio ha sido declarado Monumento Natural. En su entorno se encuentran unos de los principales atractivos turísticos de la isla, las playas de Papagayo, de arenas blancas, con vistas a las islas de Lobos y Fuerteventura.



Puerto del Carmen está situado al sureste de Lanzarote y constituye uno de los núcleos turísticos más importante de la isla. Dispone de más de 6 Km. de playas resguardadas de los vientos alisios, Playa Grande, Los Pocillos y Matagorda son las más extensas, así como de una variada oferta hotelera. Cuenta con un completo entorno de servicios y numerosos centros de diversión situados a lo largo del extenso paseo de la Avenida de Las Playas: tiendas y centros comerciales, restaurantes y bares, locales de recreo, pubs, discotecas y en general una animada vida nocturna. También podrás practicar toda clase de actividades deportivas.



Arrecife es la capital y la ciudad más habitada y concurrida de la isla durante todo el año, su centro administrativo y comercial. Aquí encontrarás playas eminentemente urbanas como la del Reducto, con una buena oferta cultural, de ocio y servicios perfectamente combinada con las magníficas condiciones de la playa. Se encuentra a cinco minutos del aeropuerto.



La Fundación César Manrique está situada en la que fuera la vivienda del artista lanzaroteño, el Taro de Tahiche, reconvertida hoy en museo y sede de la FCM. Es una institución privada que tiene como objeto la conservación y preservación de la obra del artista y de las obras de otros artistas contemporáneos que poseía César. La vivienda está construida sobre una colada lávica producto de las erupciones del volcán de Tahiche en 1824. Su estilo se inspira en la arquitectura tradicional isleña. Además de la zona construida en superficie existen una serie de habitaciones subterráneas localizadas en el interior de burbujas volcánicas.




El Jardín de Cactus es una de las últimas obras de César Manrique, creado sobre una antigua cantera de extracción de picón y convertido en una auténtica plantación de una extensa variedad de cactus a lo largo y ancho de su bien ordenado espacio. Este espectacular jardín botánico acoge cerca de diez mil ejemplares de cactus de más de mil cuatrocientas especies distintas, originarias de América, Madagascar y Canarias. Cuenta con un restaurante con terraza y una tienda de artesanía y regalos. Está situado entre los pueblos de Guatiza y Mala.



El Volcán de La Corona es un gran cono volcánico situado al norte de la isla, en el municipio de Haría. De él proceden las lavas que constituyen el Malpaís de La Corona. Dada su relativa antigüedad, de unos 21000 años, este espacio, al contrario de lo que ocurre en los campos de lavas de Timanfaya, ha sido colonizado por gran número de especies vegetales mayores, entre las que destacan la tabaiba dulce y el verode. Por el subsuelo del Monumento Natural del Malpaís de La Corona discurre un extenso tubo volcánico de más de 6 kilómetros de longitud que va desde el cono volcánico hasta el mar, adentrándose en él, formando un túnel submarino de un kilómetro y medio llamado Túnel de la Atlántida. Dos de los tramos de este conjunto de galerías están habilitadas para las vistas turísticas: la Cueva de Los Verdes y los Jameos del Agua.


La Cueva de Los Verdes se encuentra situada al norte de Lanzarote, pertenece al sistema de tubos subterráneos de unos 6 kms. de longitud y es la cueva volcánica más grande del mundo. Las cuevas y galerías surgieron durante la erupción del volcán de La Corona hace más de 4.000 años.



En 1964 se preparó un recorrido de 2 kms. de longitud para los visitantes. Una buena iluminación presta efectos teatrales a este monumento natural que es uno de los más destacados y fascinantes de Lanzarote. Antiguamente era utilizada como refugio por los habitantes de la isla durante las incursiones piratas y cuando la tierra se estremecía por las erupciones volcánicas.



Los Jameos del Agua es un tubo volcánico gigante bifurcado en diferentes galerías, producto de las erupciones del Volcán la Corona. La gruta está abierta al exterior mediante dos grandes oquedades llamadas jameos. En su interior hay una laguna que constituye una formación geológica singular, su origen se debe a las filtraciones al encontrarse por debajo del nivel del mar. La iluminación cuidadosamente colocada ilumina el interior de la cueva mientras que la cuidada decoración se adapta majestuosamente al ambiente semitropical, a la vez que la música ambiental cuidadosamente seleccionada contribuye a que el visitante experimente la magia y el misterio que ejerce esta gruta de ensueño. La luz transforma las aguas de la laguna subterránea en un sueño multicolor, sus transparentes aguas albergan una especie única de pequeños cangrejos blancos perfectamente adaptados a la oscuridad interior.



Los Jameos del Agua, además de contener un restaurante, una pista de baile para actuaciones folklóricas, bares y una bellísima piscina, posee un magnífico auditorio subterráneo donde se celebran las principales actuaciones y conciertos de la isla.




Órzola es un pequeño pueblo pesquero en el que se encuentran Los Caletones, un conjunto de calas de arena blanca que se complementan con numerosas piscinas naturales y espejos de agua de poca profundidad. Exhuberante y virgen, la arena blanca de allí y el agua cristalina de estas piscinas contrastan con las piedras volcánicas conformando un conjunto único de enorme belleza, lo que unido a la cercanía de Roque del Este y Alegranza le confiere un alto valor paisajístico. La zona de Los Caletones nace de los restos volcánicos del Volcán de la Corona y presenta un clima agradable y sin viento. El pueblo pesquero de Órzola se encuentra al norte de Lanzarote y a poco más de 40 kilómetros del aeropuerto. El acceso a estas playas de arena blanca es mediante coche, hay zonas habilitadas para aparcar. En Órzola hay buenos restaurantes especializados en pescadito frito. Desde aquí salen los barcos hacia La Graciosa.



El Mirador del Río, obra del artista César Manrique, se encuentra situado en lo alto del Risco de Famara, a 474 metros de altitud, desde aquí podemos contemplar una de las vistas panorámicas más espectaculares de Lanzarote: el Parque Natural del Archipiélago Chinijo y el Risco de Famara. Apenas es perceptible desde el exterior, gracias a su camuflaje que esconde su estructura bajo una pesada piel de piedra que lo mimetiza completamente con el entorno. En su interior, tras atravesar un pasillo serpenteante, dos grandes espacios abovedados con amplios ventanales de cristal, los ojos del Mirador, permiten contemplar las extraordinarias vistas desde una posición privilegiada. Se puede ver el Rio, el estrecho brazo de mar que separa Lanzarote del Archipiélago Chinijo y que da nombre al mirador, la base del Risco de Famara y las Salinas del Rio, las más antiguas de la isla.



El Parque Natural del Archipiélago Chinijo está formado por las islas e islotes de La Graciosa, Montaña Clara, Roque del Oeste, Alegranza y Roque del Este. Tiene una enorme riqueza en sus fondos marinos y una gran biodiversidad. La única isla habitada es La Graciosa, con dos poblaciones, Pedro Barba y Caleta del Sebo. Son las islas más septentrionales de las islas Canarias.